miércoles, 11 de febrero de 2009

El Desafío: Frost contra Nixon

Parece que Ron Howard ha vuelto a dar en el clavo, había flojeado un pelín (para lo que es él) pero vuelve a estar al nivel de Una Mente Maravillosa.

No estamos ante otro biopic de Nixon, Oliver Stone lo hizo bien (un poco rollo) en "Nixon" así que no hacía falta. El corte es distinto, en vez de transcurrir años, apenas transcurren unos meses, y la acción principal se centra en apenas una semana.
En lugar de hablar de la vida de Nixon se centra en un acontecimiento en concreto, no de los más importantes, pero sí de los que más fuerza dramática se puede extraer.
Y todo esto desde el punto de vista de David Frost, un showman que tuvo el privilegio de entrevistarle por primera vez desde que dimitiera como presidente después del escándalo Watergate.

La película se divide en dos partes, la primera narra cómo se concertó y preparó la entrevista. Describe la situación que se vivía en aquel momento y cuál era el ánimo generalizado de la sociedad americana ante Nixon y ante el escándalo Watergate. Sirve sobre todo como introducción a la segunda parte, la entrevista, para hacernos ver la importancia que esta tuvo en su época y lo que estaba en juego.

Ron Howard coincide con Oliver Stone (director de Nixon) en hacer un retrato más humano y objetivo del ex presidente, muy distinto de imagen demonizada que la prensa hace de él. Nos muestra sus miserias, su lado arrogante y sus crímenes, pero también nos muestra a la persona acomplejada y maltratada por la historia que había detrás de todo aquello.


Aunque "Nixon" es una gran película, Ron Howard logra darle a su Nixon, de El Desafío, el mismo dramatismo en mucho menos tiempo. Mientras Anthony Hopkins tuvo tres horas, Frank Langella apenas sale en un tercio de la película, que dura dos... eso le da cuarenta minutos.
Hopkins no se llevó el Oscar porque competía contra el Nicolas Cage de Leaving Las Vegas, pero su interpretación era magistral e iba más allá de la imitación. Frank Langella está al mismo nivel, conoce bien el papel, ya que previamente lo ha interpretado en el teatro. Pero tiene un excelente momento para lucirse, un primer plano de apenas unos minutos al final de la última entrevista... no decepciona, lo aguanta, lo devora y cierra con maestría una película que se centra en preparar al espectador para esos minutos, clava cada palabra y sus silencios gritan (que cursi me estoy volviendo, agh).

El resto del reparto está más que correcto (menos Kevin Bacon, que no sé si es por que es Kevin Bacon o que, el caso es que no me lo creo), el resto de la película es entretenida e interesante, pero todo eso se queda en nada tras esos minutos.

Las caracterizaciones me hacen mucha gracia, son los setenta, pero creo que se pasan un poco. Sobretodo con la peluca del señor Darcy (Matthew Macfadyen) y con Michael Sheen en general.

¿Y quién es Michael Sheen? Pues yo no lo sabía, cuando le vi como David Frost me sonaba muchísimo... y claro que me sonaba, he visto mogollón de películas suyas pero como es como Mortadelo no le reconocía. Hace papeles bastante memorables, pero como son personajes muy distintos y muy caracterizados no le reconoces, es uno de los ninjas del cine.

(Michaels Sheens)

Un "defecto" de la película es que está orientada al público americano que, aunque no sabría señalar Polonia en un mapa, conoce bien su historia. No explican los temas de los que se habla en la entrevista, así que supongo que si no te has interesado antes por la trayectoria de Nixon como vicepresidente y presidente americano, te puedes perder un poco.

Así que aconsejo echar un vistazo a la wikipedia antes de verla.

2 comentarios:

Quico dijo...

Mucha gente habla muy muy bien de esta película, tengo ganas de verla :)

manolisto dijo...

Me gusto lo que dices de la peli, en la peli a nixon se le coge hasta cariño y no se le pinta como un ser demoniaco, sino como alguien que no supo estar a la altura del poder que ostentaba