viernes, 28 de enero de 2011

Alex de la Iglesia, Kate Moss y la Edad Media

A raíz de las declaraciones de Gerardo Herrero publicadas hoy por el país, tengo que explotar por algún lado. Y le ha tocado al blog.

"Le ha venido un síndrome con los internautas. Es como si el Ministerio de Sanidad negociara con los traficantes de cocaína cómo se hace una ley y si la coca debe ser de mejor calidad y se habla del tema con la gente que tiene problemas con ella" Gerardo Herrero sobre Alex de la Iglesia.

Durante la Baja Edad Media los cómicos que querían sobrevivir o servían a algún señor, o debían recorrer pueblos y ciudades actuando para el pueblo. Si al pueblo le caían en gracia podían actuar y ganarse unas monedas, si no se iban de vacío y si se les ocurría fastidiar al pueblo se les echaba a pedradas.

Cuando pillaron a Kate Moss metiéndose cocaína, la gente se llevó las manos a la cabeza y perdió todos los contratos que tenía, perdió su caché y su trabajo. Ella en lugar de decir “que os jodan, yo siempre he cumplido con mi trabajo, soy libre así que me meto lo que me sale del Moss”, y estaba perfectamente en su derecho, se metió en una clínica de desintoxicación, hizo el paripé de cara al público, recuperó sus contratos y lo celebró con unas rayitas, eso sí, a escondidas.

Sintiéndolo mucho el cine es un arte que depende del pueblo. Un pintor conceptual con boina, puede permitirse el lujo de decir que la plebe es obscenamente inculta, porque sólo necesita vender a la élite.

Un cineasta no.

Si caes mal a la gente o eres un maldito genio o no vas a comerte una mierda. Y de momento en España andamos algo escasitos de malditos genios.

La actitud soberbia y altiva del cine español hacia su público potencial, no ha ayudado en absoluto a las cifras de ventas.

Primero, por las películas. Hay una cantidad preocupante de películas españolas que te dicen lo que debes pensar, que te dicen lo estupendos que son los artistas, lo mucho que se pajean con su infancia. Pedantes pedantes pedantes.

Segundo, por la actitud frente a las bajas ventas. Iba al cine antes de que supieramos que internet existía. Entonces se decía que el cine español no vendía porque era para gente culta, que los borregos iban al cine a ver “americanadas”, no como la gente con inquietudes. Como no quería ser una analfabeta, me tragué bodrios como Volavérunt de Bigas Luna (que según dicen es un iluminado)… y preferí seguir siendo analfabeta.

A nadie se le ha ocurrido decir “es verdad, en España se hace mucho cine de mierda, no sólo genialidades” no. Resulta que es que somos retrasados y no lo entendemos.

Luego llegó el top manta, el te grabo pelis en un CD y más tarde internet. Y los artistas empezaron a frotarse las manos: ya tenían a quién culpar de que la gente no viera cine Español.

¡Resulta que se lo estaban bajando!

No tíos, no. Casi nadie se baja películas españolas, y no porque respeten a la industria, sino porque la mayoría son mierda.

Torrente es la saga más taquillera de la historia del cine español. A mí no me gusta nada, pero lo entiendo: son películas sin pretensiones hechas para entretener. No son películas que te juzguen por no disfrutarlas. Santiago Segura es un tío majo que promociona sus películas con humildad y carisma, no es un Bardem que parece que como descienden de la pata del caballo de Trotski son superiores al resto de la humanidad. Sí, he visto a mucha gente bajarse pelis de Torrente, pero también les he visto comprando el juego, las camisetas, regalando los DVDs originales de la película cumple sí cumple también, a otros y a sí mismos (todo esto cuando los DVDs pasaron de valer 25€ a valer 6€), y yendo a ver religiosamente las secuelas al cine.

Tercero, la pose de los artistas (incluye a las dos anteriores). Si yo voy mañana a una entrevista de trabajo con una camiseta negra que ponga “No a la prostitución infantil” en letras blancas y grandes, sé que no me van a dar el trabajo. No porque el entrevistador sea un proxeneta de niños, seguramente esté totalmente de acuerdo y él mismo tenga esa camiseta. Pero está fuera de lugar. Lo que pasó en la gala de los Goya con el NO a la guerra, también estaba fuera de lugar. Y yo no apoyé nunca esa guerra.

La gente que posa para un calendario de la PETA lo hace EN el calendario. Si colabora con una campaña de UNICEF lo hace EN la campaña. Usan su imagen y su fama para algo bueno en el sitio correcto.

El problema no es que defiendan los derechos de los homosexuales o los pandas (a todos nos gustan los homosexuales y los pandas) el problema es que defienden los suyos y los comparan con la gente que muere de Sida en África, que vemos como viven sin ningún tipo de apuro, vemos lo que vale una entrada de cine y nos llaman ladrones a nosotros.

Cuarto, las soluciones nos tocan los cajones : ¿No vende el cine español? Pues invertimos el dinero de los parados, las becas y la investigación científica en ayudas para el cine que resulta que han ido a parar a películas que ni nos suenan. ¿Los cines no echan pelis españolas porque nadie las ve? Les obligamos a que un porcentaje de las proyecciones sean de cine español. ¿Qué será lo próximo? ¿Una asignatura obligatoria en el colegio para ver cine patrio?

Lo último: demostrar que tienen un poder sin precedentes no sólo sobre nuestro gobierno, sino sobre nuestras leyes… la Ley Sinde.



Ahora llega Alex de la Iglesia, que no nos mira por encima del hombro ni nos llama delincuentes, sino que nos mira a la cara y pregunta “A ver chiquete ¿porqué no vienes a ver mi película?”. Que escucha lo que opinan todas las partes sobre la Ley Sinde y sabe que no sólo no va a acabar con la piratería, sino que además atenta contra nuestras libertades y aleja aun más al público de los artistas. Asume la responsabilidad de la industria y la academia respecto a las bajas ventas. Es el único que parece que empieza a ver el problema.

Y se lo están comiendo vivo.
Quizá sea todo mentira y Alex de la Iglesia odie a la humanidad y prefiera un mundo gobernado por monos, pero sabe que decirlo repercutirá en sus ventas.
De repente tengo ganas de ir a ver Balada Triste de Trompeta, a pesar de que esté cansada de tanta guerra civil y los payasos me den miedo. En cambio También la Lluvia me ha dejado de motivar, y el argumento me llamaba más la atención. Soy humana, no soy objetiva y mucho menos con mi ocio, y si tengo que darle una oportunidad a alguien será a alguien que me caiga bien. Lo que puede hacer Iciar Bollaín, aparte de apoyar la Ley Sinde, es promover una ley que prohíba la subjetividad.


Los internautas no son un colectivo minoritario, casi todos los españoles usamos internet. Los españoles son internautas y son tu público, y tu público decide si te va a ir a ver o no, si paga por tu peli o pasa de ella, son tus clientes. Y llamar criminal a un cliente… no es una buena idea.